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Escultura del Viaducto del SENA: patrimonio en disputa


Imagen de archivo de IMA Comunicaciones ©®


No fue una fotografía novedosa la que mostró el performance que hicieron algunos

jóvenes tolimenses en el monumento del español Andrés López de Galarza,

realizada por el escultor ibaguereño Enrique Saldaña, en el viaducto del SENA de

Ibagué en 2021.


Durante las pasadas protestas, resultado del estallido social, y de los reclamos

que se venían haciendo por años sobre el rostro de este colonizador español, se

dio una acción radical en contra de la escultura, su derribamiento. Esto sucedió

en medio de las protestas, a pesar de que siempre tuvo intervenciones de la

comunidad que, desde que fue instalada allí en 1993, le estallaban pintura roja o

de otros colores como forma de manifestar la inconformidad por su imposición,

adornaban su estructura con frases insultantes que reflejaban una posición distinta

a la de exaltar a este hombre y sus valores; así como otros hechos que culminaron

con el desmonte de la caratula en bronce de López de Galarza, que había sido

declarada patrimonio, que fue arrastrada hasta la Universidad del Tolima y que

poco o nada se sabe ahora en dónde está.


A partir de esa situación, que fue recurrente en el país, es el caso de Popayán y

de Cali, pero también en Europa, muchos ciudadanos salieron a las calles

reivindicando sus derechos históricos e hicieron juicios a estos hombres que

colonizaron territorios, a costa de la esclavitud y muerte de muchos nativos. Para

el caso de la escultura o rostro de López de Galarza en Ibagué, jóvenes

estudiantes y comunidad indígena, luego de desmontar esta obra, le desarrollaron

un juicio simbólico en la Universidad del Tolima por las afectaciones que el

español hizo en la historia local de estos territorios y a sus habitantes.


Como parte de las protestas y las propuestas, jóvenes, artistas y activistas de

sectores populares realizaron una serie de acciones entre las que estuvieron los

juicios y reuniones para discutir sobre el destino del monumento y la instalación de

un performance u obra efímera en el mismo viaducto del SENA, con una escultura

del rostro del líder indígena Quintín Lame. A partir de allí, surgió una polémica

local por la reacción del, para ese momento, secretario de Gobierno, Oscar

Berbeo, quien en contradicción con la, para ese entonces, secretaria de Cultura municipal,

Greis Cifuentes (Véase https://bit.ly/3yzZRdU -

https://bit.ly/3COTGoD, desmontó de manera violenta la obra realizada por los jóvenes y declaró que allí hubo actos de vandalismo y que si reincidían, había que castigarse (Véase


En ese contexto y pasados los meses, ya en este año 2022, bajo otra dirección, la

secretaria de Cultura lanza su portafolio de estímulos y en la línea patrimonial abre

el concurso para que quien quiera proponer una nueva escultura para el viaducto

del SENA, lo haga. Es así como el artista Olmer Rojas, concursa en ese estimulo y

gana con la obra “Flor de Ocobo” para ser instalada en el lugar de la disputa.

Frente a la obra ganadora Rojas plantea que, “La flor de ocobo la cree hace 10

años, nació esa inquietud de poder realizar una obra que representara la riqueza

natural que tenemos, que nos identifica al exterior, ver nuestra ciudad llena de

color, da identidad también, como elemento central a la mujer, hago homenaje a

ellas, a la resignificación de la mujer, a la igualdad de sus derechos”.


Te invitamos a leer: ¿Es Ibagué una ciudad creativa?


La escultura antes de ser instalada en el viaducto del SENA, debe ser socializada

a la comunidad, ya fue expuesta al Consejo Municipal de Cultura, según la

Alcaldía de Ibagué, y durante la pasada Semana del Patrimonio realizada entre el

4 y 6 de octubre se hizo la presentación pública a partir de un evento llamado,

“Diálogo sobre la resignificación del patrimonio inmaterial y material: caso

escultura del viaducto del SENA”. Allí, Olmer Rojas expuso los significados que

tiene su escultura y que giran en torno a “resaltar la madre naturaleza y la mujer

como ese portal que da vida, así se resignifica el cuerpo de la mujer y a su legado

de vida; otro elemento que tiene la obra es el tema de identidad musical, ya que,

sin nombrarla, evocó a Leonor Buenaventura y se ensambla este homenaje que le

quiero hacer a ella, con su composición la Ibaguereña”, comentó durante el

evento.


Frente a esta nueva propuesta de escultura para reemplazar el rostro del español

López de Galarza, realizada por Olmer Rojas, representantes de los jóvenes que

han tomado la vocería sobre el hecho y han seguido el proceso desde el punto de

vista político y popular, tienen una posición alejada con respecto a la obra de

Rojas, como es el caso de Andrés Camilo Castillo, líder del cabildo indígena

universitario y estudiante de Historia de la UT, quien plantea que la “obra de

Rojas es preciosa, estéticamente me agrada mucho, pero lo que se está haciendo

es político, la escultura debe estar en la ciudad de Ibagué pero el viaducto del

SENA no es el espacio para ubicarla, porque el espacio tiene un contexto político

y tiene unas reivindicaciones históricas que los muchachos estaban haciendo, en

ese sentido, los muchachos para resignificar hicieron una escultura de Quintín

Lame, que el secretario designado (Berbeo) le metió los dedos en los ojos,

cometió un sacrilegio que le hizo a un mayor de nosotros del pueblo Nasa, que se

vino al Tolima, que estuvo encerrado en el Panóptico. Eso generó un conflicto y un

acto político que tiene un significado de la lucha de las clases populares que

eligieron ese espacio, el viaducto del SENA, para darle ese significado y la obra

como tal no recoge eso”.


Si bien la escultura “Flor de Ocobo” de Rojas, invita a la reconciliación y al respeto

por la reflejar la identidad de los ibaguereños, según su autor, los jóvenes que

estuvieron en todo el proceso de desmonte y juicio al rostro de López de Galarza,

no ven que sea adecuado que esta obra se instalé en ese escenario de disputa patrimonial sin ninguna reflexión, ni discusión acerca de su significado, pertinencia

y construcción colectiva. En ese sentido, Olmer Rojas dice que debido a la

inconformidad que se ha presentado “Quisiera tener una reunión con los

compañeros, estudiantes para conversar de la situación a través del diálogo en

próximos días para poder hablar de manera personal y tener la perspectiva más

abierta, la opinión de un colectivo mayor. Yo estoy ya realizando la obra, estaba

esperando esta socialización en un sitio visible para la obra, les invito si hay la

posibilidad para entablar un diálogo abierto y discutir este tema”, planteó.


Es así como continua la discusión sobre la mirada desde la cual se está pensando

la renovación de la escultura que debe o no estar en el viaducto del SENA. Se

abre el debate público acerca de la pertinencia de la nueva obra del maestro

Olmer Rojas y su significado, por un lado, o la creación de una nueva propuesta

colectiva que se piense con los distintos actores, por otro, que recoja los reclamos

de las comunidades académicas y populares y, que, se pueda instalar desde la

resignificación que solicitan quienes desde hace muchos años han trabajado por la

descolonización de las prácticas patrimoniales y de los referentes con los cuales

se construye una identidad local.


Queda abierto el camino para que tanto la secretaria de Cultura de Ibagué,

activistas, jóvenes, ciudadanos y el artista Olmer Rojas, se reúnan y puedan

pensar, idear o hacer colectivamente una escultura que represente, reconozca e

incluya las distintas visiones sobre el patrimonio que hoy está en disputa, que se

debe resignificar de manera plural y democrática, y que no se imponga desde

arriba como históricamente se ha hecho en la ciudad y el departamento.



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